lunes, 6 de diciembre de 2010

La Internet: vehículo para conocer la Literatura


Literatura en internet e internet en la literatura: ¿un "matrimonio" condenado al fracaso?


A grandes rasgos, existen al menos dos posiciones diferentes en este debate.

La primera sostiene que, en tanto las destrezas necesarias para la lectura y escritura de libros tradicionales –la expresión es poco feliz pero aclaratoria– no pueden ser reemplazadas por las habilidades necesarias para navegar y crear en la red, internet no sólo no modificará nuestros hábitos de lectura y escritura, sino que los hará aún más necesarios para conjurar esa dispersión y ese vacío que mencionábamos antes.

El semiólogo italiano Umberto Eco advierte al respecto que, en tanto no es igual leer una hoja de papel que una pantalla de computadora, los libros seguirán siendo insustituibles, no sólo para la literatura sino para todo texto que requiera ser leído “con cuidado”. Hasta ahora, concluye Eco, los libros continúan siendo “el medio más económico, accesible y fácil de usar para el transporte de información a bajo costo”.

De esta observación se desprende otra, consecuencia de la primera, que sostiene que sólo aquellos textos que no necesiten ser “leídos cuidadosamente” –como las enciclopedias o manuales– pueden correr el riesgo de volverse obsoletos ante el acelerado desarrollo de las nuevas tecnologías. El hipertexto –del cual nos ocuparemos en el próximo apartado– será entonces quien reemplace, en un futuro no muy lejano, a estos clásicos textos de consulta. Así, la Wikipedia (una enciclopedia on line en la que cualquiera puede agregar entradas o modificar las ya existentes) parecería ser el modelo de esta nueva manera de consultar información en la red (http://es.wikipedia.org/).

Beatriz Sarlo asume una postura similar al advertir que “lo difícil no es manejar esa tecnología sino estar intelectualmente preparado para navegar esa masa indócil de datos”. En este sentido, aventura Sarlo, “cuanto más se sabe, cuantos más libros se han leído, mejores hojas se pescan en el torbellino de la red, donde las buenas soluciones las encuentran quienes también son capaces de encontrar las buenas soluciones en los libros impresos”.

Parecería, no obstante, que queda aún irresuelta una pregunta fundamental en este debate. Ambas posturas coinciden en hacer una jerarquía de los discursos estudiados, jerarquía esta que parecería obturar la posibilidad de pensar en cómo pueden los escritores y lectores servirse de los recursos que les ofrece internet para ensayar un nuevo modo de hacer literatura, no sólo en sus contenidos sino, ante todo, en sus formas.

Más aún, en tanto existen numerosos proyectos fundados en la confianza en este “matrimonio”, de lo que se trataría ahora es de pensar sobre qué nuevos pilares descansan estas iniciativas y en qué modo modifican –ya en nuestro presente– la forma en que nos acercamos y acercamos a nuestros alumnos a la literatura.

El filósofo francés Michel Foucault señaló alguna vez que cada texto literario lleva implícita la respuesta a una pregunta esencial: “¿qué es la literatura?”. En la medida en que el libro no es tanto el objeto códex o el libro empastado como el texto contenido en él (Bruno De Vecchi), vale la pena indagar entonces qué concepción de la literatura subyace por debajo de esta nueva forma de práctica literaria.


Esta cuestión nos conduce a la segunda postura de la que querríamos ocuparnos. Daniel Link, escritor, docente de la carrera de Letras de la UBA y autor de La ansiedad. Novela trash –hecha a partir de mensajes de correo electrónico, chats y fragmentos de diversos textos literarios–, confiesa en una entrevista incluida en su libro que “contra el interés por internet como medio de comunicación me interesa más explorar internet como laboratorio de escritura y de ficción”1.

Link sostiene al respecto que en la medida en que internet conecta por medio de la escritura a personas que, de otro modo, jamás se hubieran conocido, tiene la capacidad de generar historias (aunque, podríamos agregar, historias que, por otro lado y al menos por ahora, sólo conservan su estatuto de literarias en la medida en que son escritas en un libro y puestas así al servicio de los lectores para la eternidad).

Esta idea de internet como máquina engendradora de relatos recuerda, por otro lado, a la máquina protagonista de La ciudad ausente, de Ricardo Piglia. “Estoy llena de historias, no puedo parar”2, confiesa la máquina al final de la novela. Acaso la diferencia entre una y otra está en que si “la máquina Macedonio-Piglia es un mecanismo de lectura, un dispositivo que traza mapas dentro de la literatura argentina y que conecta el mapa con el atlas de la literatura universal”3, en internet un vínculo sólo lleva a otro incluido en el mismo universo desjerarquizado de la red. Las conexiones son ad infínitum y, en este sentido, no parecerían confluir en un fundamento que las trasciende y las engloba, como sí sucede con las historias de la máquina de Piglia.

No es casual, además, que la máquina en La ciudad ausente sea una mujer. Daniel Link, justamente, ha llamado la atención sobre un dato curioso: los cibernautas son, en un 70 por ciento, varones. De allí que la conexión entre máquina y hombre sea leída, por muchos escritores, en clave eminentemente erótica.

“Tal vez lo que defina la comunicación en la red –señala en otra entrevista Link– sea precisamente esa alternatividad: es otra la vida que uno construye, es otro el lugar desde el cual habla, sin responsabilidades, sin coherencias. Una utopía libertaria.”

Algo de esa alternatividad, podríamos arriesgar, es también la que anima la escritura de otro libro reciente publicado por Gustavo López, que lleva el sugerente título de Kerés coger = Guan tu fak? 4 y que pone en escena los diálogos que sostienen –a través de e-mails, chats y recortes de diarios–, una prostituta travesti y su prima involucradas en una historia de crímenes y tráfico de bebés. Al respecto, un artículo crítico de Beatriz Sarlo a la novela de López publicada en el número 83 de su revista Punto de Vista (www.bazaramericano.com), invita a pensar algunas cuestiones interesantes en torno a la relación entre literatura, internet y pornografía.

1Link, Daniel, La ansiedad. Novela Trash, Buenos Aires, El cuenco de plata, 2004.
2Piglia, Ricardo, La ciudad ausente, Buenos Aires, Sudamericana, 1992.
3Panesi, Jorge, Críticas, Buenos Aires, Norma, 2000.
4López, Gustavo, Kerés cojer? = Guan tu fak, Buenos Aires, Interzona, 2005.

Literatura Actual

Literatura Actual

LA LITERATURA ACTUAL.

1.- CIRCUNSTANCIAS POLITICAS Y SOCIALES:

A partir de 1975, tras la muerte de Franco, se inicio una nueva etapa de la historia de España, en la que las distintas fases de la normalización democrática y de la incorporación de España a la política europea e internacional se sucedieron con rapidez.

Desde que en 1976 se aprobara en referéndum el proyecto de reforma política promovido por Adolfo Suárez, los acontecimientos se sucedieron en lo que se llamó la “transición a la democracia”: se legalizaron los partidos políticos, se convocaron elecciones generales y se celebraron Cortes Constituyentes que dieron como fruto la Constitución española de 1978. España lograba el reconocimiento internacional como estado plenamente democrático, y el año 1985 ingresaba en la Comunidad Económica Europea como miembro de pleno derecho.

El resultado de estos acontecimientos ha sido la plena participación de España en la actividad política internacional y el rápido desarrollo de una sociedad dinámica, acorde con las nuevas tendencias de la cultura occidental.

Habitualmente se toma 1975 como punto de partida para el estudio de las manifestaciones más recientes de nuestra literatura por las importantes repercusiones que los acontecimientos históricos tuvieron en el ámbito de la cultura; pero eso no significa que la labor de los escritores sufriera una brusca transformación a partir de ese momento.

Los contactos con el extranjero y el redescubrimiento de las vanguardias revitalizan la literatura castellana. En los años 60, los escritores y escritoras comienzan a rechazar el realismo social, ensayan nuevas técnicas de expresión y cultivan todo tipo de géneros, aunque, en los últimos años, se observa un retorno a formas literarias tradicionales. La literatura hispanoamericana atraviesa una etapa de esplendor y narradores como Gabriel García Márquez, Julio Cortázar, Vargas Llosa, Carlos Fuentes, influyen en la novelística española.

Asimismo, las otras lenguas peninsulares (el eusquera, el gallego, y el catalán) irán recuperando su pasado literario después de una larga época de censura. En estas décadas se multiplican los premios literarios y la participación en las ferias del libro, se inicia una etapa de gran vitalidad editorial y, en general, la vida cultural del país se enriquece.

2.- VINCULACIONES:

La recuperación de las libertades democráticas significó para la cultura y la literatura una aceleración en el ritmo de su evolución normal, acorde con la rapidez de los cambios que estaban teniendo lugar en la sociedad. En esa evolución influyen factores propios de la cultura española y factores externos, entre las que se cuenta la asimilación en nuestro país de la ideología que se ha extendido en el mundo occidental durante los últimos decenios.

-Desaparición de los grandes sistemas ideológicos

La legalización de los partidos y la desaparición de la censura hicieron que la literatura se alejara de lo político y lo social, lo cual obligo a los escritores a buscar nuevos horizontes.

Años más tarde la euforia de la integración en Europa, que coincidió con una crisis generalizada y profunda de las ideologías, produjo una dispersión de intereses entre los creadores, que empezaron a buscar opciones en los ámbitos más diversos: desde el esteticismo volcado hacia el pasado hasta el entusiasmo por un futuro tecnológico.

-Las influencias externas.

Uno de os rasgos más sobresalientes de la España democrática es el alto grado de comunicación con el exterior, que conlleva una asimilación masiva y a veces poco crítica de toda suerte de influencias culturales foráneas, ignorando a veces la propia tradición.

El fenómeno de la comunicación generalizada ha uniformado culturalmente a los países occidentales en los que se aprecian unos rasgos comunes que tienen su reflejo en la literatura:

-Proliferación de formas y modos artísticos que mezclan influencias de todo tipo: cine, música, estética audiovisual, referentes religiosos diversos.

-Masificación de la cultura, que se convierte en un bien de consumo más.

-Desaparición de las vanguardias artística, ya que cualquier movimiento nuevo es absorbido y comercializado de inmediato, con lo que pierde rápidamente su sentido de crítica y provocación.

Todos estos rasgos configuran lo que se ha dado en llamar la posmodernidad.

-Estrechamiento de las relaciones entre periodismo y literatura.

En estas últimas décadas la informática (el libro electrónico, las autopistas de la información...) han transformado el acceso a la documentación. El inmenso avance de la tecnología de la comunicación ha suscitado la aparición de nuevas formas de expresión que se adecuan al lenguaje de la cibernética. Los mensajes combinan la palabra y la imagen y, en general, se ofrecen textos concisos que posibilitan una lectura rápida: en las obras literarias predomina la acción sobre la reflexión; en los periódicos, los titulares, y en la radio y la televisión, la oración simple y la frase hecha.

Mientras el acceso a la información es rápido y fácil, la veracidad de la misma no siempre esta asegurada y las personas corren el riesgo de estar solo aparentemente informadas.

La narrativa y el periodismo se han ido estrechando en los últimos años. Haciéndose cada vez más difusas las fronteras entre los ambos. En buena parte, la diferenciación se basa tan solo en el medio de difusión. Tendemos a considerar que sólo es literatura la que nos llega a trabes del libro, que le da un carácter permanente, mientras que los textos difundidos a través de los medios de comunicación tienen un sentido efímero. Pero, en una época en que los medios de comunicación tienen una importancia cada vez mayor, esta diferenciación resulta superficial.

3.- LA NOVELA:

En estos últimos años, la narrativa ha alcanzado un auge extraordinario. La publicación de novelas se ha multiplicado y lo mismo puede decirse de los relatos cortos. El interés que despierta la nueva narrativa queda patente por la proliferación de reseñas in publicaciones periódicas, la frecuente aparición de escritores en los medios de comunicación, los numerosos premios literarios que se conceden y el interés con que el publico recibe la novedades.

-Temas, tendencias y caracteres:

Los autores siguen tendencias muy variadas, en gran medida por la causas antedichas: la libertas total para la creación una vez rotas las trabas de la censura y finalizados lo lazos con el compromiso político; la comunicación masiva con todo tipo de novedades y tendencias; y la fragmentación ideológica del pensamiento occidental.

Desde finales de los años setenta se observa el abandono de la actitud combativa propia de los autores del realismo social, la decadencia de lo experimental y la recuperación del argumento. Los novelistas, en efecto, no escriben sus obras para manifestar sus convicciones e influir sobre la sociedad, ni tampoco como mero ejercicio retórico, sino que buscan temas interesantes y tratan de desarrollarlos con la mayor amenidad posible valiéndose de los recursos narrativos tradicionales.

Entre los elementos que dan cierta cohesión a la narrativa española actual cabe destacar los siguientes caracteres:

-Tendencia a la subjetividad y al intimismo, frecuente en aquellas novelas de tono existencial en las que se presenta a un protagonista algo desvalido o inseguro, que busca su identidad, sus raíces familiares, o intenta hallar un sentido a su vida.

-Proliferación de personajes mediocres, escépticos y moralmente indefinidos

-Abundancia de novelas de tono humorístico y de tonos líricos o nostálgicos.

-Preferencia por los temas urbanos, aunque los ambientes rurales y las interpretaciones idílicas de la naturaleza no son infrecuentes.

-flexibilización de la estructura narrativa, que, en general, se pone al servicio de la expresividad y de la eficacia narrativa.

-Preocupación muy acusada por el lenguaje y búsqueda de un estilo personal.

-Gusto por las referencias culturales.

El crítico Santos Sanz Villanueva agrupa la producción, novelística posterior a 1975 en subgéneros narrativos de carácter temático. Su clasificación nos sirve de base para ver las corrientes mas representativas de la narrativa actual.

-Novela negra o de tema policiaco. Posiblemente los autores mas representativos de esta tendencia sean Manuel Vázquez Montalbán y Eduardo Mendoza. También han trabajado en esta línea Antonio Muñoz Molina, en el invierno en Lisboa o Beltenebros, y Juan José Millás, en Visión de la noche.

-Novela histórica. Esta tendencia, también en boga en otros países, produce evocaciones, a veces muy bien documentadas, de acontecimientos o personajes del pasado. Han cultivado la novela histórica, entre otros, José María Merino (El oro de los sueños), Julio Llamazares (Luna de lobos), Javier Alfaya (Encima de o la memoria frígida) y Antonio Muñoz Molina (El jinete polaco).

-Novela culturalista. El culturalismo puede definirse por su heterogeneidad: evocaciones minuciosas del pasado recreaciones de ambientes refinados relacionados con el mundo de los artistas, asuntos mitológicos o reflexiones sobre el proceso creativo. La novela El centro del aire, de José Maria Merino, podría constituir un buen ejemplo de novela culturalista.

-Novela intimista. Se trata de narraciones que, con un tono lírico muy acusado, tratan problemas humanos relacionados con la búsqueda persona. Ejemplos de novelas intimistas son La lluvia amarilla, de Julio llamazares, El desorden de tu nombre, de Juan José Millás, El sur, de Adelaida García Morales, o Todos mienten, de Soledad Puértolas.

-Oreas tendencias. Bajo este rótulo tan impreciso, se pueden catalogar las novelas que intentan una revitalización de la novela tradicional, como por ejemplo, Juegos de la edad tardía, de José Luis Landero y La fuente de la edad, de Luis Mateo Díez.

-Autores:

-Manuel Vázquez Montalbán. Nació en Barcelona el año1939. además de novelista es destacado periodista y poeta. Entre sus novelas pueden citarse El pianista, los alegres muchachos de atzavara, Galíndez y El estrangulador.

Alcanzo gran éxito y popularidad con una serie de novela negra que protagoniza el detective Pepe Carvalho, un tipo escéptico, poseedor de una cultura ecléctiva y fascinado por el mundo de la marginalidad. Uno de los títulos más interesantes de esta serie es Los mares del sur.

-Carmen Martín Gaite. (1925- ), novelista española.

Nació en Salamanca en 1925. Publicó en 1955 El balneario. En 1957 obtuvo el Premio Nadal con Entre visillos. A ésta le siguieron Las ataduras (1960); Ritmo lento (1963); El proceso de Macanaz (1970); Retahílas (1974), novela con monólogos interpolados de una mujer, Eulalia, y su sobrino Germán; El cuarto de atrás, en la que sobresale la figura del interlocutor enigmático, un "hombre vestido de negro". De su labor de ensayista se destacan los dos libros dedicados a los Usos amorosos: del siglo XVIII y de la posguerra en España. Se la considera ligada a la tendencia neorrealista en la novela española, junto a escritores como Rafael Sánchez Ferlosio, Ignacio Aldecoa y Jesús Fernández Santos, entre otros. Entre sus últimas novelas publicadas destacan La reina de las hadas (1995) y Lo raro es vivir (1996).

Pérez-Reverte, Arturo (1951- ), novelista y periodista español, autor de obras de gran tirada y tirón popular.

Nació en Cartagena en 1951. Ha desarrollado una intensa actividad periodística en radio, televisión y prensa. Su obra narrativa se enlaza con la tradición de la novela histórica y la policíaca. El húsar, de 1986, se sitúa en la época de la invasión napoleónica a España; El maestro de esgrima, de 1988, vuelve al Madrid de la revolución de 1868; La tabla de Flandes, de 1990, parte de un cuadro flamenco para investigar la historia de un crimen cometido en el siglo XV; El club Dumas, de 1993, continúa el procedimiento de la anterior, ya que utiliza grabados como pretextos narrativos. Ha publicado también La sombra del águila (1993), Territorio comanche (1994) y El capitán Alatriste (1996). Tanto El maestro de esgrima como La tabla de Flandes han sido llevadas al cine. Su obra ha adquirido renombre internacional y se han traducido algunas de sus novelas a otros idiomas.

4.- LITERATURA Y MEDIOS DE COMUNICACION:

-Las colaboraciones literarias en la prensa:

Por una parte, son muchos los novelistas que colaboran de manera asidua en la prensa: Julio Llamazares, Javier Marías, Juan José Millás, Rosa Montero, Antonio Muñoz Molina, Manuel Vicent, Francisco Umbral, Manuel Vázquez Montalbán, etc. El valor literario de estas colaboraciones no reside sólo en que están escritas con un estilo muy cuidado, sino también en que con frecuencia su contenido trasciende el simple comentario costumbrista o de actualidad, lo que permite que después sean recopiladas y publicadas en libro.

-Del periodismo a la literatura:

Por otra parte, cada vez son más frecuentes las aportaciones literarias de conocidos periodistas, que dan a la ficción una base real muy sólida, próxima al reportaje periodístico: Alfonso S. Palomares (Las linotipias del miedo,1977); Manuel Leguineche (La tribu, 1980); Rosa Montero (Crónica del desamor, 1979; Te trataré como a una reina, 1983); Jorge Martínez Reverte (Demasiado para Gálvaz, 1979); Manuel Vicent (Balada de Caín, 1987) Eduardo Haro tecglen (El niño republicano, 1996): Maruja Torres (Un calor tan cercano, 1977).

-El papel de los medios de comunicación en las difusión de la narrativa:

También es necesario tener en cuenta el papel de los medios de comunicación audiovisuales (cine, televisión) como amplificadores de la difusión de la narrativa. En efecto, son constantes las adaptaciones cinematográficas o televisivas de novelas clásicas o contemporáneas. Ola divulgación en forma novelada de los guiones de películas o series televisivas de éxito. Baste recordar que Gonzalo Torrente Ballester no alcanzo éxito de público hasta que una serie televisiva dio a conocer su trilogía narrativa Los gozos y las sombras.

-Autores:

Muñoz Molina, Antonio (1956- ), escritor español valorado por la crítica como uno de los valores más sólidos de la narrativa actual.

Nacido en Úbeda (Jaén), estudió Historia del Arte en la Universidad de Granada y Periodismo en la de Madrid. Sus primeros escritos fueron artículos periodísticos que en 1984 recogió en su primer libro publicado, El Robinsón urbano. En su primera novela, Beatus ille (1986) ya aparece su ciudad imaginaria, Mágina, que se convertirá en un lugar común en sus obras sucesivas. El invierno en Lisboa (1987) mereció el Premio de la Crítica y el Nacional de Narrativa, que volvió a recibir en 1992 por El jinete polaco premio Planeta del año anterior (véase Premios literarios).

La obra de Muñoz Molina se mueve en los territorios de la memoria tratando de reconstruir la reciente historia de España con la mirada del que se siente deudor del cine negro y la novela policíaca; Beltenebros (1989) es un claro ejemplo en el que se narra una acción de intriga y amor en el Madrid de la posguerra con trasfondo político. Madrid es otro de sus temas recurrentes como lo demuestran sus novelas Los misterios de Madrid (1992) y El dueño del secreto (1994).

En 1995 fue elegido miembro de la Real Academia Española, y en 1996 publicó un libro sarcástico, entre la parodia y los recuerdos, sobre el servicio militar obligatorio en tiempos del franquismo, Ardor guerrero, título que procede de las primeras frases del himno del cuerpo de Infantería.

Umbral, Francisco (1935- ), periodista y escritor español. Nació en Madrid en 1935, villa que ha glosado en multitud de páginas, aunque desde muy joven vivió en Valladolid, otra de las ciudades clave en su literatura, pues fue allí donde se inició como periodista bajo el magisterio de Miguel Delibes.

Enviado en 1961 a Madrid en calidad de corresponsal, se convierte en unos años en un cronista de prestigio por la originalidad de su enfoque periodístico y por la sensibilidad de su mirada sobre lo cotidiano, que concilia la precisión no exenta de inventiva y un mordiente sentido del humor a menudo abrumado de amargura.

Ya periodista y escritor de éxito colabora con los periódicos y revistas más variadas e influyentes en la vida española De su ingente producción literaria destacan: Memorias de un niño de derechas (1972), Las ninfas (premio Nadal, 1975), La noche que llegué al café Gijón (1977), Trilogía de Madrid (1984) y Leyenda del César Visionario (premio de la Crítica, 1992). Este último título adquiriría carácter inaugural de una serie de obras que, a semejanza de los Episodios nacionales de Pérez Galdós, abordan algunos de los principales acontecimientos de la historia y la política contemporánea española. En 1996 recibió el Premio Príncipe de Asturias de las Letras.

-Torrente Ballester, Gonzalo (1910- ), escritor español realista de prosa culta que se ha servido de técnicas experimentales.

Nació en Ferrol (La Coruña) en 1910. Se ha dedicado a la enseñanza, a la crítica, a la producción novelística y al teatro, representado por el Viaje del joven Tobías, de 1936, El retorno de Ulises y Lope de Aguirre. En 1943 publica Javier Mariño, libro al que le siguen El golpe de estado de Guadalupe Limón (1946); Ifigenia; la trilogía Los gozos y las sombras, constituida por El señor llega (1957), Donde da la vuelta el aire (1960) y La pascua triste (1962); Don Juan (1963); Off Side (1969); La saga/fuga de J.B., que recibió los premios Ciudad de Barcelona y de la Crítica, de 1972; La isla de los jacintos cortados (1982); Filomeno a su pesar. De su labor como ensayista se destacan el Panorama de la literatura española contemporánea (1956), Siete ensayos (1972), El Quijote como juego. En 1975 se convierte en miembro de la Real Academia Española. Ha recibido el Premio Príncipe de Asturias en 1982 y en 1985 el Miguel de Cervantes.

5.- EL TEATRO:

Las circunstancias políticas y sociales que se han dado en España a partir de 1975 han sido muy favorables para el teatro; la desaparición de la censura ha coincidido con el interés estatal por subvencionar las iniciativas teatrales y con la creación del Centro Dramático Nacional, el Centro de Documentación Teatral y el Centro Nacional de Nuevas tendencias Escénicas. Además, se han multiplicado las publicaciones destinadas a la difusión de textos teatrales y en toda España se celebran festivales de teatro.

Curiosamente, en un ambiente en apariencia tan propicio, son pocos los estrenos de nuevas obras, y el público se ha mostrado remiso a acudir a los teatros, tal vez por la competencia del cine y la televisión.

De los dramaturgos que iniciaron su carrera en décadas anteriores se siguen representando obras de los más relistas, como Antonio Buero Vallejo o Antonio Gala. En cambio, muchos autores de teatro experimental, que vivieron momentos de éxito entre 1968 y 1975, han perdido su público.

El apoyo estatal ha quitado fuerza a las compañías independientes, que han pasado a ser en muchos casos compañías estables subvencionadas por las distintas Comunidades Autónomas. No obstante, conservan su independencia y prestigio algunos grupos como “Els Joglars” y “Els comediants”.

En las obras dramáticas estrenadas desde 1975 se observa, como en los demás géneros, un notable eclecticismo. Aunque los tipos de obras más cultivados se inscriben en la línea del teatro de evasión, hay también una revalorización del teatro social y del costumbrismo, en versiones actualizadas, acordes con las nuevas realidades y con los personajes de la sociedad española de nuestros días.

-Autores:

José Sanchís Sinisterra. Nació en Valencia el año 1940. como profesor del Instituto de Teatro de Barcelona y fundador del grupo “Teatro Fronterizo”, ha dirigido numerosos espectáculos teatrales y ha adaptado a la escena obras de otros géneros literarios.

Su obra ¡Ay, Carmela! En la que trata con una mezcla de humor y crítica el conflicto de una humildísima compañía de cómicos durante la guerra civil, tuvo muy buna acogida.

José Luis Alonso de Santos. Nació en Valladolid el año 1942 y trabajó en grupos de teatro independiente, como “Tábano”. En sus obras, que tienen rasgos costumbristas, maneja con gran sentido de la observación el lenguaje popular y marginal. Ha alcanzado importantes éxitos comerciales con La estanquera de Vallecas y Bajarse al moro, ambas con versiones cinematográficas.

Fermín Cabal. Nació en león el año 1948. en su juventud formó parte de grupos de teatro independiente y es guionista de cine y televisión. Su primer estreno tuvo lugar en 1978 con la obra tú estás loco, Briones, en la que trató el tema de la ultraderecha durante el franquismo. Tuvo un gran éxito con esta noche gran velada: Kid peña contra Alarcón por el título europeo, sobre el mundo del boxeo. Otros títulos suyos son Caballito del diablo, sobre los problemas de las droga, y Malandanza de don Juan Martín, una recreación histórica de la figura del Empecinado.

6.- LA POESÍA

La poesía posterior a 1975 es muy poco uniforme, debido en parte a la convivencia de al menos cinco generaciones de poetas en activo.

Como tendencia general, la poesía contemporánea ha tratado de superar el culturalismo de los novísimo, que se considera ya agotado. Por lo demás, las nuevas generaciones se han manifestado de una manera muy independiente, ajena a escuelas o modas.

Como resultado de esta actitud general de independencia, las tendencias son muy variadas:

-El poeta y crítico Luis Antonio de Villena ha señalado un retorno, a lo que él llama tradición clásica, entendida como la pervivencia histórica de los temas y las formas de la literatura grecolatina a través de las literatura occidentales.

-Se hace una nueva lectura de la poética tradicional, una poética que abarca desde los autores clásicos hasta la poesía de posguerra, pasando por las obras de los escritores modernistas, simbolistas y parnasianos, a los que se presta especial atención. Toda esta tradición es valorada positivamente por los poetas más jóvenes, que la adaptan a la sensibilidad actual e incluso se atreven a parodiarla o a darle un tratamiento humorístico.

Un poeta muy característico de esta tendencia es Luis García Montero, quien en su Egloga de los rascacielos retoma tanto la métrica como la temática amorosa de Gracilazo de la Vega y las recrea en clave urbana.

-Se produce un acercamiento de la poesía a la narración. Los poemas recogen anécdotas, se ponen en boca de personajes que cuentan historias, se da entrada al lenguaje coloquial, incluso a rasgos costumbristas. Un ejemplo puede ser el poema “La culpa”, de Isla Correyero.

-Se asiste a una revitalización del surrealismo y a una intensa depuración del lenguaje.

-Es característico el gusto por los temas urbanos y las referencias a otras manifestaciones culturales, como el cine o la música rock.

Naturalmente, junto a estos poetas más jóvenes siguen trabajando y publicando los de la etapa anterior. Algunos de los que gozan ya de un lugar estable en el aprecio de la crítica y de los lectores, pueden ser por ejemplo Luis Antonio de Villena, Luis Alberto de Cuenca, Antonio Colinas o Jaime Siles.

7.- LA LITERATURA HISPANOAMERICANA:

Los diecinueve países americanos de habla española presentan unas peculiaridades que conviene tener presentes.

-La naturaleza, con sus proporciones grandiosas: la cordillera, la pampa, la selva amazónica... Sus fuerzas telúricas acompañan a las peripecias humanas en la obra de los escritores.

-El mestizaje, con su alcance humano y cultural. Blancos, indios, negros, mestizos, mulatos... estarán presentes en la literatura con sus problemas. Y además, la simbiosis de las tradiciones indígenas y la española es un fenómeno fundamental.

-Las desigualdades sociales, derivadas de una explotación de las inmensas riquezas por grandes potencias extranjeras con la complicidad de las oligarquías conservadoras nacionales. Frente a éstas, grandes masas paupérrimas (indios y mestizos). Buena parte de la producción literaria denunciará tal estado de cosas.

-La inestabilidad política, resultado de lo anterior. La oligarquía inspira “gobiernos fuertes”;en los sectores intermedios apuntan soluciones democráticas liberales. El resultado es la conocida sucesión de revoluciones y contrarrevoluciones. Es natural que los escritores tomen partido ante tan dramáticos procesos.

La producción literaria de estos países en lo que v de siglo en ingente: hay manuales que censan no menos de 1.500 escritores. Dentro de este siglo se pueden destacar las siguientes etapas con sus tendencias dominantes:

-Años iniciales del siglo: plenitud del Modernismo en poesía. La novela, en cambio sigue fiel al Realismo.

-A partir de 1920: nuevas tendencias poéticas (poesía sencilla o vanguardista); en novela, se consolida un realismo con temas americanos e intención social.

-En los años 40 y 50 se producen experiencias renovadoras en la narrativa, compatibles con los acentos sociales, que se incrementan en la poesía.

-Los años 60 y 70 son, ante todo, los del llamado “Boom” de la novela mundial y cuyo esplendor llega hasta hoy.

La poesía

De 1940 a hoy, la proliferación de corrientes y grupos es extraordinaria, como corresponde a un horizonte geográfico tan extenso y complejo. He aquí algunas tendencias destacadas:

-Pervivencia de la poesía pura o de la vanguardista.

-Poesía comprometida, cuyo modelo es el Canto general de Neruda (1950).

-Poesía de tono existencialista.

-Nuevas corrientes experimentales.

Octavio Paz es, sin duda, la máxima figura poética de las últimas décadas. Nació en México en 1914. Comenzó con una poesía comprometida, pero muy elaborada. Pasó a un lirismo metafísico, hermético. En fin, su inquietud le ha llevado a ocupar una permanente vanguardia, preocupada por explorar los poderes del lenguaje. Su antología La centena recoge muestras de sus principales libros (Libertad bajo palabra, Salamandra y Ladera este). Es también un profundo y deslumbrante ensayista. Su fama ha ido creciendo hasta merecer el Premio Nóbel en 1990.

La narrativa

A partir de 1960 en el llamado “Boom” los lectores europeos descubren con asombro autores como Cortázar, Vargas Llosa, García Márquez... Ellos y otros sitúan a la novela hispanoamericana, a la cabeza de la narrativa mundial del momento.

Estos nuevos novelistas continuaban las innovaciones señaladas en el apartado anterior, las llevaban más lejos y aportaban nuevos recursos. Así, se confirma la ampliación temática, los nuevos tratamientos de los rural y el “realismo mágico”; se avanza en la renovación de las técnicas narrativas; se enriquece el lenguaje con diversas experiencias... En suma, un derroche de creatividad.

Todo ello no supone necesariamente un alejamiento de la realidad, sino una voluntad de abordarla de forma más válida estéticamente. Y con ello son compatibles los propósitos de testimonio o denuncia.

Ernesto Sábato (Argentina, 1911)es considerado un novelista intelectual por el rigor y la densidad de ideas. Es autor sólo de tres novelas impresionantes: El túnel (1948), sobre héroes y tumbas (1961) y abaddón el exterminador (1974). Las dos últimas constituyen una estremecedora visión crítica y apocalíptica de nuestro mundo, con estructuras narrativas muy libres y complejas.

Julio Cortázar (Argentina, 1914-1984) comenzó cultivando un tipo de cuento fantástico con Bestiario (1951); en este y otros libros, lo fantástico surge dentro de lo cotidiano mostrando la inquietante complejidad de lo real. Su novela Rayuela (1963) fue una bomba por su complejidad estilística y su estructura (admite varias formas de lectura), compatibles con una gran hondura humana. Otras experiencias del autor: Historias de cronopios, La vuelta al día en ochenta mundos, etc.

Carlos Fuentes (México, 1928) aúna el virtuosismo técnico y la carga crítica. La región más transparente (1958) es una novela urbana. La muerte de Artemio Cruz (1962) reconstruye la vida de un hombre poderoso que está agonizando, a través de saltos en el tiempo, cambio de las personas narrativas, etc. Premio Cervantes en 1987.

Mario Vargas Llosa (Perú, 1936) asombró ya con La ciudad y los perros (1962), que en el ambiente cerrado de un colegio parece compendias toda la corrupción y violencia del mundo actual. Su obra cumbre es quizás Conversación en la catedral (1969), extensa novela en que dos personas hablan de sus vidas fracasadas, con lo que se logra evocar todo un mundo. En ambas las novedades técnicas no empañan la fuerza de la realidad. Otros títulos: Los cachorros, La guerra del fin del mundo, Lituma en los andes...

Novela Psicológica

La novela psicológica o novela de análisis psicológico, también conocida como realismo psicológico, es una obra de ficción en prosa que enfatiza la caracterización interior de sus personajes, sus motivos, circunstancias y acción interna que nace y se desarrolla a partir de la acción externa. La novela psicológica "pospone la narración a la descripción de los estados de ánimo, pasiones y conflictos psicológicos"[1] de los personajes.

Técnicas

La novela psicológica no relata simplemente lo que ocurre, sino que explica el por qué y la finalidad de esta acción. En esta clase de literatura, el personaje y su caracterización son más importantes de lo normal, y profundizan más en la mente del personaje que las novelas de otro tipo. La novela psicológica puede llamarse la novela del "hombre interior".

En muchos casos, se usan las técnicas del flujo de conciencia o monólogo interior, para ilustrar mejor el trabajo interno de la mente humana. También pueden incluirse flashbacks. Otro recurso utilizado para indagar en el interior del personaje es a través de textos directamente emanados del personaje, como diarios íntimos o cartas.

Ejemplos

La Novela de Genji, escrito en el Japón del siglo XI es considerada la primera novela psicológica.

En la literatura occidental, los orígenes de la novela psicológica pueden remontarse en La Fiammetta (1344) de Giovanni Boccaccio, esto es, antes de que se acuñara el término psicología. Otro ejemplo es Don Quijote de la Mancha de Miguel de Cervantes.

El primer auge de la novela psicológica como un género novelístico se establece con la novela sentimental de la que Pamela o la virtud recompensada de Samuel Richardson es un primer ejemplo. Su fuerza descansa precisamente en el conocimiento del corazón humano, delineando el sentimiento, sus cambios; el motivo dominante de la obra es ese análisis minucioso de los sentimientos de su protagonista, captando claramente las emociones.

La princesa de Clèves (siglo XVII), de Madame de La Fayette es considerada una primera precursora de la novela psicológica. Posteriormente, la novela psicológica por excelencia en francés es Rojo y negro de Stendhal.

Grandes novelas psicológicas son las de Dostoievski.En su obra más conocida, Crimen y Castigo, la novela psicológica alcanza su perfección más absoluta, debatiendo al individuo entre la aceptación de un tormento o la justificación de su acto.

En España se cultivó esta corriente dentro del realismo decimonónico, por autores como Benito Pérez Galdós, Emilia Pardo Bazán y Armando Palacio Valdés.





Literatura Femenina y Literatura Feminista

Una de las cuestiones recurrentes en los últimos debates culturales es si existe una “literatura femenina” diferente de la masculina, interrogante al que se une otro doblemente inevitable que se pregunta si existe en la literatura una tradición de escritura femenina, y en el caso que exista, por qué no se refleja en los manuales de literatura.

Para empezar por la primera cuestión a la que pocos/as críticos/as desean responder de forma clara, porque tanto una negativa como su contrario son igualmente comprometedoras. Algunos parten de la afirmación de que no existe literatura de hombres o de mujeres, sino sólo buena o mala literatura, aunque se detienen ahí sin entrar en la cuestión de quién, con qué criterios, o en qué circunstancias históricas o políticas, se decide lo que es “bueno” o “malo” en literatura. Si se hicieran estas preguntas, con la respuesta se podría explicar la hegemonía de algunos autores con respecto a otros en algunos periodos históricos, el predominio internacional de una literatura sobre otra, y el olvido por parte del público de autores que en una coyuntura político-social determinada fueron aclamados. La canonización en literatura es un procedimiento sumario y selectivo que responde a criterios culturales y posiciones ideológicas, (por no hablar de los intereses), de los canonizadores, que logran tramandar “su” concepción de la literatura. Por desgracia, como se sabe, nuestro mundo moderno y democrático no ha podido acabar con este control, que si en tiempos pasados se hacía con criterios estéticos, políticos, religiosos, etc., ahora responde casi exclusivamente a exigencias del mercado editorial, y a niveles de audiencia.

Hay una cuestión terminológica, y es que con la etiqueta “escritura femenina” se designa tanto la literatura escrita por mujeres como la literatura de contenido “femenino”, es decir, que se centra en la experiencia de ser mujer en el mundo con todos sus matices biológicos y contextos situacionales, pero con la salvedad de circunscribir el “mundo femenino” casi exclusivamente a su acepción más tradicional, con lo cual, muchas escritoras que proponen modelos y espacios femeninos nuevos, tampoco se identifican con esta denominación.

Existe una “literatura femenina” y una “literatura masculina” por lo que se refiere, no a los autores/as que la practican, sino a sus contenidos. Si partimos de lo femenino y lo masculino en términos de construcción social, tendremos que reconocer en la literatura uno de los espacios donde estas construcciones y sus estereotipos se forjan y se reproducen (también se subvierten, afortunadamente), junto con modelos de comportamiento y esquemas ideológicos que los refuerzan. Nadie ignora que ha existido desde siempre, también una literatura escrita “para” mujeres, que en principio revestía carácter preceptivo (libros de comportamiento, tratados morale, etc.), y que con el paso de los siglos se convirtió en novela rosa, folletines y otras obras, donde lo femenino (también lo masculino, pero los hombres leen mucho menos este tipo de textos) sigue encorsetado en esquemas tradicionales. Esta literatura escrita para mujeres no siempre tiene una autora detrás, muchos autores, que cuentan con un numeroso público femenino que los sigue y compran sus libros, la practican.

La literatura “femenina” no es exclusiva de las escritoras, del mismo modo que la literatura “masculina” ha sido, y es, practicada por muchas autoras. Ahora bien que la literatura de contenido femenino no goza del mismo prestigio que su antagonista, es algo evidente, consecuencia de una tradición social, política, religiosa y cultural que sobrevalora lo masculino e infravalora lo femenino. Benedetto Croce decía con admiración de Maria Giuseppina Guacci, escritora italiana del siglo XIX, que “en ella no percibís la mujer” (Morandini, 1997,47). Para no encontrarse con la desaprobación de la crítica y con el desprecio social, muchas autoras escriben deliberadamente “como si no fueran mujeres”. Es el caso de Natalia Ginzburg, narradora y periodista contemporánea, que en la introducción de una de sus obras explica las dificultades que ha tenido que afrontar para escribir sus novelas, entre ellas, la de ser una mujer, y por lo tanto, de correr el riesgo de resultar “pegadiza y sentimental” (Ginzburg, 1993, 8), defectos que le parecían odiosos por ser típicamente femeninos. Natalia Ginzburg deseba “escribir como un hombre” (ibidem), y por ese motivo escoge, en su primera etapa, una forma de escritura intencionalmente impersonal y alejada, evitando toda referencia autobiográfica. Después de las primeras obras, la escritora se da cuenta que el mundo que describe no le pertenece y sus personajes no nacen de ella. A partir de ese momento el uso de la primera persona, el recurso de la memoria y el sentimiento se convierten en constantes de sus novelas: “Y desde entonces siempre, desde que usé la primera persona, me dí cuenta que yo misma, sin ser llamada, ni solicitada, me filtraba en mi escritura” (Ginzburg, 1993, 13).




FEMINISMO Y LITERATURA EN LATINOAMÉRICA
Adelaida Martínez

Los últimos treinta años han sido testigos de una revolución ideológica que, a la manera de los grandes cataclismos históricos, ha cambiado la faz cultural de la tierra. Haciendo visibles a las mujeres y dotándolas de voz propia, es decir, convirtiéndolas en agentes del poder político (aunque todavía muy limitado, queda mucho por hacer), el feminismo ha causado una transformación profunda en la sociedad contemporánea pues las mujeres están consiguiendo que se deroguen leyes anticuadas a favor de nuevas constituciones, que se corrijan convenciones y protocolos obsoletos, que se revisen actitudes vitales equivocadas y que se desechen falsos valores comunitarios. Con ello el feminismo está dando carácter de época a nuestro tiempo y está marcando las pautas a la cultura del porvenir.

La revolución feminista está ocasionando estragos en todos los ámbitos de la vida actual, desde la moda hasta los dogmas de fe y evidentemente ha cambiado los códigos de la comunicación en todos los idiomas. Baste un ejemplo para ilustrar lo que digo. El signo lingüístico hombre que, en español, en ingles y en muchos otros idiomas, había servido de significante a la totalidad de la especie, hoy se reserva casi exclusivamente para designar al varón. En broma y en serio ahora hay que puntualizar "mujeres y hombres" para significar genero humano. Se alteran los códigos de la comunicación porque ha habido una modificación en las actitudes vitales, porque se ha adoptado una nueva postura frente a la realidad. En este clima revisionista prolifera la literatura femenina. Recibe su impulso inicial del movimiento feminista y de el le viene también su extraordinaria vitalidad. Comprometida a destruir los estereotipos temáticos y formales que la habían falseado, subvierte las convenciones lingüísticas, sintácticas y metafísicas de la escritura patriarcal registrando la totalidad de la experiencia femenina (social, espiritual, psicológica y estética) en textos que van desde la denuncia airada hasta lo lírico-intimista.

La escritora contemporánea rompe con el status quo y crea universos que corresponden a sus propios valores, sin negar su biología y desde su perspectiva de mujer. El resultado es un nuevo canon en la literatura: una imagen de la realidad captada con ojos de mujer y plasmada con discurso hémbrico. Imagen que no había estado totalmente ausente de la literatura anterior pero que ahora se configura en una abundantísima publicación de textos, los que han llegado a constituir un corpus con su propio contexto, su propia voz y su propia visión, la cual debe ser juzgada por sus propios méritos.

Una vez superado el asombro por la explosión de escritura femenina que se viene registrando en los últimos veinte años por todos los países de América Latina, se está entrando en un momento de reflexión y análisis. Hay un dialogo, entablado a nivel internacional, entre escritores y críticos, para determinar los puntos de coincidencia y los de divergencia entre la literatura femenina latinoamericana y las otras literaturas tanto del tercer como del primer mundo, incluida la teoría literaria. Tarea nada fácil, pero el esfuerzo ha comenzado. Dada la globalización que en el siglo XX han ocasionado los medios de comunicación y la facilidad de viajar, ya no es posible marginar del todo ni siquiera aquellos lugares que antes parecían tan lejanos y exóticos. Así es cómo y por qué la practica textual de las escritoras latinoamericanas ha trascendido el continente aportando lo suyo a la formación de la estética que ahora rige.

La revisión del canon que efectúa la literatura femenina latinoamericana coincide con las enmiendas que hacen las literaturas femeninas de otras lenguas integrando temas antes "prohibidos," como la sexualidad de la mujer, la denuncia de la opresión patriarcal, la búsqueda de la identidad, lo que supone el proceso de escribir para una mujer en la sociedad actual. Se distingue de las otras literaturas por incorporar la problemática tercermundista del colonialismo, del silencio ocasionado por la tortura política, y de la violación ecológica. En cuanto a la expresión, la temática, así corregida y aumentada, solivianta el discurso hegemónico enriqueciéndolo con nuevos e inéditos códigos. Expongo a continuación algunas consideraciones que espero contribuyan a aclarar, por un lado, el carácter singular de la literatura femenina latinoamericana y, por otro, la coyuntura histórica en que hoy se encuentra esa literatura.

Lo que define a la literatura femenina latinoamericana es indudablemente su diversa y multidimensional especificidad cultural, repartida en diecinueve países que difieren profundamente en su constitución racial, en su desarrollo histórico y en sus estructuras sociopolíticas. La experiencia femenina en los países andinos, con su altísimo índice de población indígena y de pobreza, difiere de la experiencia femenina en el cono sur, victimizado por la tiranía dictatorial y la censura; las dos, a su vez, son distintas de la experiencia caribeña de Cuba o Puerto Rico, países mediatizados de manera decisiva y tan diferente por el poder de los Estados Unidos. Lucia Guerra afirma, con razón creo yo, que la contribución del feminismo latinoamericano radica precisamente en su énfasis en la heterogeneidad, "nunca ajena a los procesos históricos. Es también la heterogeneidad latinoamericana la que ha permitido explorar, desde una nueva perspectiva feminista, un imaginario del mestizaje en el cual la mujer se representa con una autonomía y poder que la distingue de las imágenes construidas en la cultura europea".

Ciencia Ficción

La ciencia ficción es la denominación popular con que se conoce a uno de los géneros derivados de la literatura de ficción, junto con la literatura fantástica y la narrativa de terror. Nacida como subgénero literario distinguido en la década de 1920 (aunque hay obras reconocibles muy anteriores) y exportada posteriormente a otros medios, como el cinematográfico, historietístico y televisivo, gozó de un gran auge en la segunda mitad del siglo XX debido al interés popular acerca del futuro que despertó el espectacular avance tanto científico como tecnológico alcanzado durante esos años.

Es un género especulativo que relata acontecimientos posibles desarrollados en un marco espacio-temporal puramente imaginario, cuya verosimilitud se fundamenta narrativamente en los campos de las ciencias físicas, naturales y sociales. La acción puede girar en torno a un abanico grande de posibilidades (viajes interestelares, conquista del espacio, consecuencias de una hecatombe terrestre o cósmica, evolución humana sobrevenidas por mutaciones, evolución de los robots, realidad virtual, existencia de civilizaciones alienígenas, etc.). Esta acción puede tener lugar en un tiempo pasado, presente o futuro, o, incluso, en tiempos alternativos ajenos a la realidad conocida, y tener por escenario espacios físicos (reales o imaginarios, terrestres o extraterrestres) o el espacio interno de la mente. Los personajes son igualmente diversos: a partir del patrón natural humano, recorre y explota modelos antropomórficos hasta desembocar en lo artificial de la creación humana (robot, androide, ciborg) o en criaturas no antropomórficas.


Existencialismo

En sentido amplio, el concepto de existencialismo es confuso y oscuro. No hay una definición teórica clara y unánime. Sin embargo, la concepción más compartida apunta hacia un movimiento filosófico, cuyo postulado fundamental es que los seres humanos, en forma individual, son los que crean el significado y la esencia de sus vidas.

La corriente, de manera general, destaca el hecho de la libertad y la temporalidad del hombre, de su existencia en el mundo más que de su supuesta esencia profunda. Las cuestiones filosóficas del existencialismo tienden a escudriñar en lo profundo de la condición humana.

Emergió como movimiento en el siglo XX, en el marco de la literatura y la filosofía, heredando algunos de los argumentos de filósofos anteriores como Schopenhauer, Kierkegaard, Nietzsche y Unamuno.

El existencialismo es una corriente, movimiento o serie de doctrinas filosóficas y culturales que tiene por objetivo y disciplina, el análisis y la descripción del sentido individual de la vida humana en cuanto “existe”. Sostiene que el existente humano piensa, actúa, se refiere y relaciona consigo mismo, con su propia trascendencia, con sus contradicciones y sus angustias. Para el pensamiento existencialista el individuo no es una porción mecánica o “parte” de un todo, sino que el hombre es en sí una “íntegridad” libre por sí. Esta doctrina filosófica considera qué es la existencia del ser humano libre y qué es lo que define su esencia, en lugar de entender que su esencia o condición humana determina su existencia. Para esta corriente del pensamiento la existencia del ser humano no es nunca un “objeto” sino que, desde el momento que el ser humano es capaz de generar pensamiento “existe”; en consecuencia el reconocimiento de esa existencia tiene primacía y precedencia sobre la esencia. No obstante, la existencia del hombre puede ser inauténtica o falsa si éste renuncia a su libertad. La carencia de libertad es carencia de existencia. En un sentido estricto para el existencialismo las cosas materiales y el hombre "existen", pero no "son" (es decir, no son nada real, en el sentido de tener una substancia separada de todas las demás y encerrada en sí misma; este era el modo en el que, por ejemplo, Aristóteles caracterizaba a la Ousía).

El existencialismo implica que el individuo es libre y, por ende, totalmente responsable de sus actos. Esto incita en el ser humano la creación de una ética de la responsabilidad individual. Según el filósofo e historiador de la filosofía Nicola Abbagnano, «Se entiende por existencialismo toda filosofía que se conciba y ejercite como análisis de la existencia siempre que por "existencia" se entienda el modo de ser del hombre en el mundo. La relación hombre-mundo es, pues, el único tema de toda filosofía existencialista (...) Los antecedentes históricos más cercanos del existencialismo son la fenomenología de Husserl y la filosofía de Kierkegaard.» Abbagnano considera pensadores fundamentales de esta corriente a Heidegger, Jaspers y Sartre.

Literatura de Posguerra



1. la novela.

1.1. La novela de los años 40.

- La novela del exilio:

Es un tipo de novela social, comprometida con los conflictos político-sociales que desembocarían en el enfrentamiento de 1936. Se trata de una corriente literaria que evoluciona de manera autónoma y paralela respecto a la narrativa española de esa época, ya que sus escritores se exiliaron por causa republicana, y desde países de América siguieron escribiendo y publicando. El autor mas destacado fue Ramón J. Sender. Sender fue el autor más representativo de la novela en el exilio. Su obra se caracteriza por el compromiso ideológico, y destaca su obra Crónica del alba (1942).

- En España:

La familia de Pascual Duarte (1942): la obra consistía en un argumento truculento, abundante en escenas de violencia gratuita, narrado con un lenguaje que evoca el habla rural, pero al mismo tiempo muy cuidado. Es una novela singular, que, aunque situada en una época imprecisa, fue capaz de reflejar el ambiente de pesimismo existencial que vivía la España de posguerra. Su autor es Camilo José Cela.

Nada (1945): la obra esta situada en la Barcelona de posguerra, y narra en primera persona las vivencias de la joven Andrea, que llega a la ciudad para estudiar en la Universidad. El ambiente sórdido y asfixiante de los familiares con los que convive se convierte en fuente de amargas decepciones. En la Universidad conoce a unos amigos/as y esto hace que se alegre un poco con los problemas de casa. Nada esta escrita con una prosa fresca, directa y espontánea. Su autora es Carmen Laforet con la cual gano el Premio Nadal en 1945.

1.2. La novela de los años 50.

- El realismo social:

El realismo social se basa en una visión crítica de la sociedad que los rodea. Las obras destacadas son: Entre visillos (1957), de Carmen Martín Gaite; La mina (1960), de Armando López Salinas.

La colmena (1951): se edito en Buenos Aires en 1951, ya que en España estaba censurada. Con ella se inaugura el realismo social de los años 50. Está estructurada en seis capítulos y un epilogo. El autor intenta reflejar la realidad social española de la época, en especial el mundo de la clase media baja, gentes mediocres y en situación inestable, que tienen un futuro incierto y han de vivir a salto de mata. Su autor es Camilo José Cela.

1.3. La renovación de los años 60.

- Características:

Las novelas de esta época son obras abiertas, es decir, el lector debe estar activo. Sus principales características son: el múltiple punto de vista, la limitación de la importancia del argumento, una compleja estructura (contrapunto y calidoscópica), los monólogos interiores, y el estilo (claro, exacto y sencillo) y el lenguaje (pendiente del nivel cultural de los personajes).

- Las obras más relevantes:

Tiempo de silencio (1962): el argumento es muy sencillo: en el Madrid de la posguerra, Pedro, un medico que esta investigando el cáncer, se ve envuelto en un aborto clandestino en una chabola. Es detenido por la policía y logra demostrar su inocencia, pero poco después acaba sufriendo las consecuencias de la venganza de un chabolista. Pedro no es un personaje protagonista, y tiene una personalidad abúlica (no tiene muchas ganas de vivir). Su personalidad sirve de hilo conductor que nos permite conocer los diversos ambientes sociales (la clase alta e intelectual, la pequeña burguesía, los marginados del barrio de chabolas). Su autor es Luis Martín-Santos.

Cinco horas con Mario (1966): la novela consiste en un monologo interior de Carmen, una mujer de clase media que esta velando el cadáver de su esposo. El contraste entre Mario y Carmen refleja el de la España tradicional y la España progresista.

Ultimas tardes con Teresa (1966): es una novela formalmente más innovadora, que constituye una sarcástica crítica de la burguesía progresista. Su autor es Juan Marsé.

1.4. La novela de los años 70 hasta hoy.

- Características:

Tienen una variedad y hasta una dispersión de tendencias. No se puede hablar de grupos homogéneos de novelistas, sino de autores, de individualidades. En los temas predomina el retorno a la subjetividad, al ámbito de lo íntimo por encima del análisis del mundo externo, de la sociedad.

- Renovación en los 70 y autores de hoy:

La saga/fuga de J.B. (1972), de Gonzalo Torrente Ballester.

La verdad sobre el caso Savolta (1975), de Eduardo Mendoza. La obra contribuyo a retomar el gusto por las historias interesantes, pero lo hizo de manera original, utilizando técnicas narrativas innovadoras. Otras obras importantes son: Sin noticias de Gurb, El misterio de la cripta embrujada (1979), y El laberinto de las aceitunas (1982).

Manuel Vázquez Montalbán, el cual fue muy popular por llevar una de sus novelas a la televisión, el detective Pepe Carvalho.

Juan José Millás (valencia, 1946) inicio su carrera novelista con: el desorden de tu nombre (1988).

Antonio Muñoz Molina (Úbeda, Jaén, 1956), sus novelas estaban basadas en intrigantes tramas argumentales, que se caracterizan por la habilidad constructiva y la capacidad de atraer el interés del lector. Algunas de sus obras son: plenilunio , El invierno en Lisboa (1987).

2. la poesia.

2.1. La poesía de los años 40.

- Generación del 36:

La poesía de 1936, según Dámaso Alonso, se podía distinguir en dos corrientes: poesía arraigada (Escorial y Gracilazo) y poesía desarraigada (Espadaña). La poesía escrita por los autores pertenecientes a la revista Espadaña, o sea, los espadañistas, pretendían una lírica mas apegada al mundo y a sus problemas.

Dentro de esta generación se empezó a utilizar la poesía social. La llamada poesía social fue una de las semillas en que germino el existencialismo, unido a la disensión política, aunque el resultado no siempre tuvo extraordinaria calidad, y pervivió hasta la muerte de Franco (1975). Esta poesía consiguió que el pueblo “tomara conciencia” de los problemas sociales y se levantara en armas contra las dictaduras.

En la década de los cuarenta, coexisten diversas tendencias poéticas: la neoclásica (Escorial y Gracilazo), la existencial y desarraigada (Espadaña), la modernista (Cántico), y la surrealista (Postistas).

2.2. La poesía de los años 50.

- Características:

Las características de la poesía de la generación de los cincuenta son: la expresión de la intimidad y de lo amoroso; la posición frente al arte mayoritario; la concentración y la tensión expresiva; la actitud frente a la anécdota o situación; y la poesía cívica y ética.

Como autores más relevantes de la generación de los cincuenta son: Jaime Gil de Biedma (1929-1990), Blas de Otero (1916-1979) y Gabriel Celaya (1911-1991).

2.3. La poesía de los años 70.

- Características:

Las características de la poesía de la generación de los setenta son: la acentuación del aspecto verbal y la huida de la realidad; a reserva sentimental; el existencialismo negativo; y la lectura restrictiva de la tradición. Es decir, se leían demasiados tebeos, se veía demasiado cine, Marilyn, Bogart, pósters, novela negra y demás, incluida la música.

2.4. La poesía de los años 80.

- Características:

Las características de la poesía de la generación de los ochenta son: la pluralidad; el pastiche y la ironía; el neosurrealismo; el minimalismo o el conceptualismo; la poesía de la experiencia; y los elegíacos y los épicos.

3. EL TEATRO

3.1. la alta comedia.

Las características fundamentales son: una obra bien elaborada; un teatro costumbrista; un teatro de diversión, superficial e ingenioso, con grandes dosis de humor; aparecen dramas de tesis o dramas serios que plantean problemas morales o de conciencia; la prioridad a los valores espirituales sobre los morales, y la defensa de la fidelidad, la honradez y el amor; y una monotonía temática. Su autor mas relevante fue Edgar Neville (1899-1967) con obras como: Margarita y los hombres, Rosita la guapa, y La extraña noche de bodas.

3.2. El teatro humorístico.

El teatro humorístico irrumpe en el teatro español con el único propósito de renovar la risa, de la mano de Enrique Jardiel Poncela y Miguel Miura, muy próximo al de las comedias del absurdo.

De Jardiel Poncela tenemos obras como: Eloísa esta debajo de un almendro, y Los ladrones somos gente honrada.

De miguel Mihura se puede decir que realizo su entrada en el mundo del teatro con Tres sombreros de copa, escrita en 1932 y estrenada veinte años después. Esta obra supone, por su originalidad, una ruptura completa con el teatro cómica anterior. En Tres sombreros de copa, el autor desarrolla el tema de la libertad alcanzada y perdida, donde el protagonista, un joven ingenuo llamado Dionisio, se aloja en un hotelillo de provincias la víspera de su boda. El tema de la libertad también aparece en: El caso del señor vestido de violeta (1954) y Ninette y un señor de Murcia (1964).

3.3. El teatro social.

Su representante es Antonio Buero Vallejo (1916-2000), el cual usa como tema principal, que liga toda su producción, la tragedia del individuo, analizada desde un punto de vista social, ético y moral.

Las obras mas relevantes de esta etapa fueron:

- Historia de una escalera (1949), donde se plantea la imposibilidad de algunos individuos de mejorar materialmente debido a la situación social y a la falta de voluntad.

- El tragaluz (1967), donde se revive la trágica historia de una familia en la España franquista.

3.4. El teatro poético.

Sus principales autores son Alejandro Casona (1903-1965); y Antonio Gala (1936), el cual con Anillos para una dama recrea literalmente la vida de doña Jimena una vez muerto el Cid.

3.5. El teatro independiente (años 70).

El teatro independiente se podría dividir en teatro universitario (amateur) y teatro experimental independiente (TEI), en el cual, nos encontramos a grupos como Els Joglars, liderado actualmente por Albert Boadella, y sus representaciones se basan en la parodia, en la ridiculización de caracteres, tipos y situaciones. Por otra parte, en el teatro independiente actual nos podemos encontrar grupos como Els Comediants o La Fura dels Baus.

3.6. Últimos dramaturgos.

- Alonso de Santos (1942): es autor de obras que han obtenido un notable éxito, como: La estanquera de Vallecas (1980), que relata la historia de unos atracadores que entran a robar en un estanco; o Bajarse al moro (1984), que fue premio teatral Tirso de Molina en 1984, y relata la historia de cuatro jóvenes que viven en un piso y se involucran en el trafico de drogas.

- Fernando Fernán Gómez (1921): como dramaturgo podemos destacar Las bicicletas son para el verano (1982), ya que se dedico más al cine o a la interpretación.